La cancelación puede ser un castigo desproporcionado. Los errores cometidos en la relación con un cliente, por graves que sean, por sí solos no ameritan cancelar la inscripción de una firma de contadores. Este acto afecta a muchas personas y victimiza a clientes que no tienen nada que ver.
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Los errores cometidos, por graves que sean, no son suficientes para cancelar una firma de contadores
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